En el año 2002 se instalaron en la Montaña Sainte Victoire, en Bouches-du-Rhône una docena de sensores de placa y dos contadores de automóviles. Los contadores se situaron en lugares estratégicos: estacionamientos, lugares de interés (presas, lagos,…).
 
Los datos cuantitativos de estos puntos de conteo se han combinado con un importante estudio cualitativo realizado en en 2009, el cual reveló que el flujo de visitantes había cambiado, y que zonas poco frecuentadas inicialmente eran mucho más frecuentadas en la actualidad.
 
Se pudieron implementar rapidamente acciones de protección de estas áreas, lo que permitió evitar que la elevada frecuentación deteriorase estas areas. Se realizaron actuaciones específicas (como por ejemplo aumento de la señalización) para una mejor adaptación al cambio de comportamiento de los visitantes.